El Entorno: puede ser un entorno
estable o dinámico, variable cíclicamente o completamente atípico, la
adaptación al entorno cambiante puede ser la clave del desarrollo de la
empresa.
Los objetivos de la empresa: también
condicionan el control de gestión, según sean de rentabilidad, de crecimiento,
sociales y ambientales, etc.
La estructura de la organización: según
sea funcional o divisional, implica establecer variables distintas y por ende
objetivos y sistemas de control también distintos.
El tamaño de la empresa: condición que está directamente
relacionada con la centralización, mientras más grande la empresa es necesario
descentralizarla, porque afecta la toma de decisiones debido a la gran cantidad
de información que se maneja.
La cultura de la empresa: las
relaciones humanas son muy importantes, y se debe incentivar y motivar al
personal que labora en la empresa.
De allí que el control de gestión requiere de una
interpretación amplia en torno a los elementos básicos que intervienen en el
proceso, por un lado se tiene que el control parte de un objetivo definido
dentro de parámetros de alcance de logros, y por el otro, el control exige
técnicas específicas para llevarlo a cabo de una manera efectiva dentro de un
contexto organizacional concreto, lo primero lo define un determinado marco de
planificación y lo segundo la sistematización operativa del control.
Verygionett Loaiza
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